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Juegos del Azar

Juegos de casino online

Juegos online

Los juegos de azar son uno de los fenómenos más visibles de la revolución tecnológica y del uso continuo de los teléfonos móviles e Internet por los usuarios.

Las casas de apuestas online como Juegos de casino de 888, que aparecen en los portales de Internet son hoy la principal fuente de este ocio. Pero la presencia de esta actividad en la sociedad no es exclusiva de esta época, ya que la acción de apostar en un evento deportivo tuvo una gran trayectoria a lo largo del siglo XX, con una especial tradición en el Reino Unido.

Historia de los juegos de apuestas

Sin embargo, el inicio de las apuestas no se sitúa en esta región ni en los últimos doscientos años. Hay que remontarse a las antiguas sociedades de Grecia y Roma para encontrar las primeras apuestas. Este es el momento en que las ciudades empiezan a tomar forma y con ello la vida en sociedad. La gente comienza a vivir junta en ciudades cada vez más grandes, donde los filósofos y pensadores también comienzan a aparecer con fuerza, trayendo una mayor cultura a esta vida social.

Habiendo cubierto sus necesidades básicas y habiéndose educado en las artes, los ciudadanos necesitaban ocio y lo encontraron en las famosas luchas de gladiadores, especialmente los romanos; a quienes, además, les gustaba hacer apuestas en estos eventos.

Esta acción de apostar no tenía distinciones y cubría todas las clases sociales. Las carreras de carros, otra de las referencias del ocio romano en los siglos anteriores al nacimiento de Jesucristo, eran también una fuente de apuestas entre la plebe.

Encontramos en esta tendencia romana y, en cierta medida, también griega, los orígenes de las apuestas.

Edad Media

Otro período importante para conocer la historia del juego se sitúa en la Edad Media. Tras la caída del Imperio Romano y las continuas disputas en Europa por el poder, las apuestas perdieron popularidad, posiblemente debido a la falta de población, y no recuperaron fuerza hasta el año mil.

Las carreras de caballos o los duelos entre caballeros eran los principales atractivos de ocio para una población que empezó a apostar dinero en estos eventos.

Muchos gobiernos trataron de prohibir las apuestas, medida que dio lugar a la clandestinidad de este ocio, pero no a su eliminación.Los siglos avanzaron y el juego se mantuvo, aunque ya no sólo estaba presente en los eventos públicos. Los juegos de cartas se hicieron populares y las posadas se convirtieron en salones donde se celebraban reuniones y donde siempre había algo en juego.

Las diferentes modalidades se convirtieron en una forma de ocio muy extendida entre la población, que también encontró el incentivo de hacer una apuesta, ya sea en su juego o en el de otros, para hacer el momento más atractivo.

En el Reino Unido se multiplicaron los juegos y se mantuvieron las apuestas deportivas hasta que experimentaron un notable crecimiento y consolidación como interés público en el siglo XIX. Las carreras de caballos jugaron un papel vital en este desarrollo.

Se hicieron tan populares que el gobierno decidió legalizar las apuestas deportivas con una ley de apuestas en 1845, permitiendo la apertura de locales donde la población pudiera hacer sus apuestas legalmente y contribuyendo a las arcas del Estado. La primera tienda de apuestas nació aquí.Las carreras de galgos también surgieron con fuerza, otra opción para que los ciudadanos inviertan su dinero. Las apuestas deportivas se consolidaron en el Reino Unido como una actividad de ocio y generaron una gran cantidad de empleo y movimientos de capital.

Estadios Unidos

En Estados Unidos, esta actividad de ocio se hizo popular gracias a los colonos ingleses, que trajeron sus costumbres al pueblo americano.

La hegemonía británica en la industria de las apuestas deportivas se mantuvo a lo largo del siglo XX, con el fútbol como uno de sus principales atractivos.

En otros países europeos se empezaron a crear establecimientos físicos como salas de juego o casinos, en los que el público podía disfrutar de una amplia gama de actividades de ocio. En España, por ejemplo, la Quiniela se hizo popular.

El volumen de negocios del sector comenzó a crecer y cada país tenía su propio producto estrella. La llegada de Internet permitió conectar estos espacios con los eventos deportivos, de manera que fue posible realizar apuestas deportivas antes o durante el transcurso de los juegos.

Juegos Online

Estamos en el siglo XXI, donde la revolución tecnológica y la nueva era de las comunicaciones han extendido extraordinariamente este tiempo de ocio por todo el mundo.

Hoy en día las apuestas son una tendencia global y los ingresos anuales de esta industria se cuentan en miles de millones.

Se ha producido un cambio de los espacios físicos, aunque muchos de ellos siguen siendo muy activos, a los casinos en línea y las tiendas de apuestas virtuales.

El público no tiene que salir de sus casas para apostar, ya que puede hacerlo a través de sus teléfonos móviles. La oferta se ha multiplicado y las posibilidades de apostar son infinitamente mayores que las de hace 30 años,Pero, ¿qué es lo que hace que las apuestas en línea sigan creciendo y se expandan a nuevos sectores, incluso en medio de una recesión?

Bueno, para empezar, la facilidad de obtener grandes ganancias a distancia ha fomentado la creciente actitud de los jugadores de huir de los casinos tradicionales con base en tierra. Los jugadores también están menos interesados en visitar centros de juego populares, como Las Vegas o Atlantic City, para ahorrar más dinero para invertir en el juego. El presupuesto de un jugador es menos ajustado cuando no tiene que financiar los costos de viajar a un destino para jugar.

Además de ser la opción más barata financieramente, las comodidades de los juegos de azar por Internet son cada vez más atractivas para los jugadores. No necesitas nada más que un ordenador, o incluso tu smartphone, y una conexión de Internet de confianza para jugar. Jugar en línea también permite la libertad de jugar de acuerdo con sus preferencias, como ponerse el pijama mientras se lanzan las apuestas.

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